Y bien, continuando con las reseñas de libros, hoy he decidido presentarles Rebecca. Leí este libro, obra de la novelista inglesa Daphne Du Maurier el año 2011, llegué a él sin saber nada de la escritora ni del libro, mucho menos de (dicho sea de paso) la adaptación cinematográfica a cargo de Alfred Hitchcock que tuvo en su momento. Creo que eso fue lo mejor que pudo pasarme, el factor sorpresa hizo que disfrutara cada línea de este libro, sin poder sospechar absolutamente nada de la trama. Con este libro, créanme, descubrirán lo que es un giro argumental, y no podrán soltarlo hasta terminar de leerlo.
Bueno, luego de mi altamente subjetiva introducción, paso a contarle detalles del libro. Rebecca fue publicado por primera vez en 1938, siendo la tercera novela de Daphne Du Maurier. Para despertar su curiosidad, agregaré que la autora debió enfrentar una acusación de plagio en su contra, pues se señaló que había plagiado el argumento de la archifamosísima Jane Eyre, de su compatriota Charlotte Bronte. Lea ambos libros y juzgue por usted mismo. Si además de bibliófilo es usted cinéfilo, le interesará saber que esta obra fue adaptada al cine por el maestro del suspenso, Alfred Hitchcock, y que Rebecca ganó el Óscar a mejor película en 1940. La película definitivamente hace justicia a la historia, así que a no olvidar verla una vez leído el libro.
En cuanto a la trama, nos presenta a una joven muchacha, poco más de 20 años, que careciendo de familia, se gana la vida como dama de compañía de una señora ya mayor, que pasa sus días reposando en Montecarlo, y próximas a embarcarse a Estados Unidos. Es en el hotel en que se alojan en Montecarlo donde nuestra joven protagonista conoce a Maxim de Winter, un adinerado viudo quien, de acuerdo a los chismes, se intenta recuperar de la trágica y reciente muerte de su esposa, Rebecca. El señor de Winter y la tímida joven (cuyo nombre ignoraremos a lo largo de toda la historia) inician una relación aparentemente de amistad, que acaba en matrimonio. Ya casados, regresan a vivir a Inglaterra, a Manderley, la mansión de Maxim de Winter. Es aquí donde se inicia realmente la historia.
Enfrentada a su nueva vida, la señora de Winter comenzará a sufrir por su propia inseguridad y timidez, que la hacen cuestionarse constantemente su papel e importancia en este nuevo rol, frente a su esposo, y frente a quienes debe compartir esta nueva vida. Se inicia una batalla psicológica, profundamente descrita por la autora, en el que la señora de Winter se siente atormentada por el fantasma de la primera señora de Manderley, Rebecca. En esta batalla psicológica, crucial será el rol que juega la señora Danvers, ama de llaves de la mansión, y la más cruel custodia de la memoria de Rebecca, quien atormenta ( y hasta humilla) solapadamente a la joven señora. Esta arista psicológica es uno de los puntales de esta novela, pues no es simplemente un episodio el que tiene este componente, es toda la novela, narrada en primera persona por la señora de Winter, la que se construye en base a la descripción psicológica.
Además de la arista psicológica, el otro gran puntal de la novela es el misterio: como ya mencioné, una vez que comienza su vida en Manderley, la señora de Winter comienza a razonar que prácticamente no conoce a su esposo, no logra establecer con él una relación de confianza, ni siquiera puede hablar con él acerca de su pasado. La actitud fría y distante que Maxim de Winter adopta una vez que comienzan a vivir en Manderley, no hace más que acrecentar la inseguridad de su esposa, y conforme transcurre el tiempo, alentar sus interrogantes. La tensión se siente a lo largo de toda la historia. Un trágico suceso desencadenará un profundo giro en las vidas de Maxim de Winter y su esposa, y en el recuerdo de Rebecca.
No revelaré más detalles de la trama. Como verán, una historia sin grandes pretensiones, pero si piensan que por ello sin grandes complejidades, se equivocan rotundamente: Rebecca debe ser de las mejores y más complejas novelas jamás escritas dentro del género psicológico y de misterio. Basta para ello decirles que, para mí, los verdaderos protagonistas son Rebecca, la esposa muerta, y Manderley, la mansión en que se desarrolla toda la historia. La joven señora de Winter, más que protagonista, adopta el rol de espectadora, mientras que Maxim de Winter, bien puede ser considerado un personaje secundario. Una gran obra, que ni siquiera me atrevo a encasillar como novela sin más, porque creo escapa a cualquier intento de calificación. Rebecca es de aquellas obras que trascienden géneros literarios: sirva como ejemplo que en psicología se bautizó el "Síndrome de Rebecca" en honor a esta obra. De lectura altamente obligatoria.
- Palabra que mejor lo describe: tensión.
- Una imagen que evoca: Una mansión entre tinieblas.
- Nota: 10 perfecto.
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