Hola a todos! Cómo están? No saben
cuánto he deseado que el día tenga unas cuantas horas más estas últimas
semanas, que han sido de locos en mi trabajo, tanto que mi día alcanza sólo
para trabajar y dormir, así que llevo toda la semana sin ser capaz de ver un
solo capítulo de dramas. Así que eso me
ha mantenido alejada del blog, pese a mis intenciones (y proyectos en carpeta)
de publicar muchas cosas que son dignas de compartirse.
En fin, justo ahora estoy en el trabajo, y no es que
me sobre el tiempo, pero en un pequeño acto de rebeldía individual aunque no
advertido, voy a dedicar una horita de mi jornada laboral para escribir esta
reseña, porque es justo y necesario!. Lo pensé y me dije a mi misma: “Gaeli, si
a tu trabajo no le importa quitarte casi 12 horas diarias de tu vida, por qué
te debe importar a ti quitarle una miserable horita a tu trabajo y dedicarla a
lo que te gusta?. Y aquí estoy, dispuesta a recomendarles un drama japonés que
vi hace casi 1 mes cuando sabía que quería ver algo, pero no sabía qué, pero
estaba la certeza que debía ser algo japonés. Así llegué a Kazoku no Katashi, y
me dejó tan buen recuerdo y sensación, que estoy segura a muchos les puede
interesar. Así que vamos con la reseña!.
Reseña: Daisuke Nagasato (Shingo Katori) es un hombre de 39
años de edad, soltero y quien trabaja en una empresa de artículos de oficina. Él
tiene una vision muy particular de la vida, conforme a la cual la soledad es la
mejor elección para las personas, porque el relacionarse con otros no trae sino
complicaciones. Daisuke siente que ha logrado el sueño de su vida cuando se
muda a su recién adquirido departamento, el que él desea convertir en su
pequeño palacio, disfrutando sus pequeños placeres: la bicicleta, cuidar su
alimentación saludable, y beber cervezas de distintas variedades. Durante la
mudanza, conoce a su vecina del piso de
arriba Hanako Kumagai (Juri Ueno), no generándose la más cordial de las
relaciones entre ellos precisamente. Hanako tiene 32 años y vive sola, aunque
estuvo casada alguna vez. Ella trabaja en una empresa y atesora de igual forma
su independencia y soledad, aunque sus pasatiempos son algo menos comunes que
los de Daisuke: ella disfruta escribiendo comentarios o reclamos de los
productos que utiliza.
La
vida de ambos da un giro inesperado cuando recibe, cada uno, visitas no
invitadas: Daisuke a su padre, quien regresa luego de 5 años de no tener contacto,
y lo hace nada menos que con un hermanastro adolescente de Daisuke, del que
éste no tenía conocimiento. Y Hanako, por su parte, recibe a su madre, quien se
instala en su apartamento a raíz de una pequeña crisis matrimonial. Estas dos
familias comenzarán a relacionarse a pesar de ellos, y se producirán choques
generacionales en los que se confrontan la visión de vida de estos adultos
jóvenes individualistas, y la generación anterior, anclada a la concepción de
las relaciones familiares y sociales como base de la vida.
Comentario Personal: Debo decir que a primera vista el drama no me
pareció nada atractivo: de hecho el poster promocional es feísimo, y jamás
comprendí la relación que tenía con la premisa del drama, pero comencé a verlo
por curiosidad, y me llevé la primera sorpresa: la protagonista es Ueno Juri,
la recordada y querida Nodame, quien es excelente actriz por lo demás. Y ya el
principio me atrapó con un guión muy actual y moderno, y personajes igual de
reales y sinceros. Es el tipo de drama sobre la vida más que sobre personajes,
profundiza más en los pensamientos y sentimientos de los personajes que en sus
acciones, y no es pretencioso ni pretende ser absoluto en el discurso que
adopta.
La construcción de los personajes protagonistas
fue todo un acierto, pues en vez de recurrir a los personajes prototipos de los
dramas, se crearon unos muy modernos, con absoluto correlato en la vida social
actual. De hecho, me pasó que muchas veces me sentí identificada con los
pensamientos y opiniones de Daisuke en relación a las ventajas de una vida
solitaria y las razones por escogerla
como forma de vida. Para mi esto fue absolutamente rupturista: rara vez en una
ficción (menos aún en un drama) nos permiten apreciar a personajes que buscan y
defienden su propia forma de vida, guiada por sus decisiones, convicciones, y
experiencias personales, y no por pasiones más radicales como el amor, la
venganza, la presión familiar. Es decir, cuando veo un drama (sobretodo los
coreanos, ojo ahí) cada vez me es más difícil comprender a los personajes,
porque nos los presentan como personas comunes, pero que se comportan de modo
tan radical, se presenta todo tan blanco o negro, que esa supuesta normalidad
termina siendo más falsa aún.
En Kazoku no katashi me sentí
representada a veces, identificada otras tantas, con ciertas características de
los personajes, a veces por sus pensamientos, otras tantas por sus acciones. Por
ejemplo, Daisuke es un absoluto obsesivo compulsivo, siente que todo el orden y
estructura de su vida será alterado si permite que cualquier persona ingrese en
su espacio de confort, en el que cree su
palacio personal. Me gustó especialmente su mentalidad y razonamientos fuertes,
absolutamente en concordancia con la madurez que uno esperaría de una persona
de 39 años.
Hanako es un gran personaje también: es
una mujer divorciada, pasó por la etapa en que creía que sería feliz por el
resto de su vida, ahora que vive en soledad, siente que es la mejor etapa y el
mejor estado en que puede encontrarse, porque no necesita que nadie la
comprenda, puede ser ella y no lo que se espera de ella. Hanako tiene
convicciones tan profundas como las de Daisuke, aunque menos radicales: ella
sigue considerando una bendición a quienes eligen tener una familia, y
encuentran su felicidad en ello, pese a que no comparta para sí ese anhelo.
Ella es profesional, exitosa, independiente, pero su vida es tan banal como la
de cualquiera: es algo floja, emprende actividades que jamás termina, por falta
de tenacidad, o por flojera, o por todo ello. A diferencia de Daisuke, ella sí
se permite recibir a más personas en su vida, pues aunque solitaria, no es tan estructurada,
y valora y disfruta esta compañía cuando so
provechosas. En algún punto del
drama, su ex marido regresará e intentará reconquistarla, y ello producirá que
antiguas heridas, que creía cicatrizadas, vuelvan a abrirse.
La relación entre Daisuke y Hanako es
muy interesante, no hay nada romántico entre ellos en principio, pese al
desagrado inicial, se dan cuenta que comparten una similar visión de la vida, y
ello los hace comprenderse mutuamente. La relación de confianza que se comienza
a dar entre ellos crece de forma muy natural, y ese vínculo ya implica un
cambio a la forma en que ellos mismos solían vivir.
No comento en particular a cada uno de los
personajes porque no acabaría nunca, pero de verdad que todos están muy ben
hechos. La madre de Hanako y el padre de Daisuke se encargan, a través de sus
diálogos y formas de ser, de representar la antigua visión de la vida social,
esa del Japón de postguerra, cuando todo era tan difícil que no había forma de
sobrevivir si no era apoyándose en los otros, ya fuera familia, vecinos,
compañeros. Ellos mismos son testigos de la transición que se ha producido en
la sociedad moderna, y pese a que se sorprenden e intentan preservar las
antiguas formas de vida, aún ellos son integrados en este mundo nuevo,
hiperconectado e individualista. El padre de Daisuke es todo un personaje,
quiere vivir al máximo, rodearse de amigos y gente querida, disfrutar la vida
como no lo hizo jamás en su juventud. Sus consejos a su hijo o a quien recurre
a él son siempre tan certeros y sensibles, que uno no puede evitar encariñarse
con él.
Bueno, no puedo decir más sin revelarles
algo de la trama, pero creo que lo esencial por lo que deben verlo ya está
dicho. Kazoku no Katashi es un drama
tremendamente innovador, simple y realista, pero que supo retratar fielmente un
fragmento de la vida moderna, que permite que nos miremos como en un espejo. Lo
esencial aquí no es el amor, ni la familia, ni la amistad, ni el compañerismo,
sino que es la forma en que hoy en día las personas sobreviven en la sociedad,
conviviendo entre las tradiciones del pasado y sus propios y nuevos mundos
personales. De verdad lo recomiendo encarecidamente, es un drama que parece que
no ofreciera mucho, y sin embargo emociona y hacer reflexionar y pensar como
pocos que haya visto. Está entre lo mejor de este año, sin duda alguna, y son
sólo 10 capítulos, así que denle el beneficio de la duda y me cuentan qué tal
les va!.
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