Hola! Les cuento que este fin de semana
que pasó ya di el paso definitivo en cuanto a retomar el visionado de dramas,
sana costumbre que por razones de fuerza mayor (falta de tiempo) tuve que dejar
a un lado casi toda esta primera parte del año. Así, vi el segundo capítulo de
un drama coreano terminado hace poco tiempo, Fight my way. Pedí recomendaciones
por aquí y por allá, y hubo un relativo consenso en que este drama es de lo
mejor de la temporada que pasó, así que ya vistos los 2 primeros capítulos, me
dejó contenta y enganchada así que seguiré viéndolo. Por otra parte, vi el
capítulo 2 de un drama japonés también emitido este año, y terminado hace
algunas semanas, se trata de Boku, unmei no hito desu, comedia romántica que
supe debía ver en cuanto se conocieron sus protagonistas: Yamashita Tomohisa y
Kamenashi Kazuya, ambos juntos en el mismo drama, un sueño!. La verdad no es
tan adictivo como otras comedias románticas que cada uno ha tenido por
separado, pero si está lo suficientemente entretenido como para continuar
viéndolo.
Y bueno, además de estos nuevos dramas,
recordé que dejé a medio terminar unos cuantos dramas: Voice, que lo dejé por
el capítulo 13 creo; Tomorrow with you, abandonado por el 10; y Kuzu no honkai,
el melodrama adolescente abandonado por el capítulo 8 de 12. Y como estaba con
ganas de terminar lo que quedó a medias, me decidí por Kuzu no honkai y terminé
de ver los capítulos que me faltaban ayer. Recordarán que en su momento di mis
primeras impresiones de esta adaptación del manga del mismo nombre, y les
comentaba sobre lo sorprendida que estaba al ver en un drama japonés más
atrevimiento del usual, tanto en los diálogos como en los personajes. Sigo
pensando así? Ahora les cuento.
Reseña: Yasuraoka Hanabi (Yoshimoto Miyu) y Awaya
Mugi (Sakurada Dori) son jóvenes de unos 17 años, ambos estudiantes de la misma
escuela, aunque sin intereses en común que los acerque. Sin embargo, algo
comparten: cada uno de ellos se encuentra enamorado en secreto hacia su maestro
ella, y hacia la profesora de música él, sin haber confesado nunca sus
sentimientos. Cuando se dan cuenta que ambos tienen un amor imposible, comienzan
a salir para llenar el vacío que tienen, dando la apariencia de pareja
perfecta, pero ocultando el pacto al que han llegado, basado en 3 condiciones: no
deben enamorarse el uno del otro, romperán en cuanto cualquiera de ellos tenga
éxito con su interés amoroso real, y ambos cumplirán los deseos físicos que
tengan (¡!). En resumidas cuentas, cada uno será el sustituto del interés
amoroso real del otro. Pero los sentimientos no siempre obedecen a lo
planificado, y nuestros jóvenes protagonistas se enfrentarán a ello con solo
las herramientas que su juventud les ha dado.
Opinión Personal: Dos cosas
llamaron poderosamente mi atención cuando comencé a ver este drama: primero, el
desparpajo con el que se habla de sexo y muestra (aunque en parte) escenas de
contenido sexual o indiciarias de ello; y en segundo lugar, lo profundamente
melodramática que es la existencia de nuestros protagonistas. Sobre lo primero,
no quiero ahondar mucho, pues no es per sé una razón que agregue o quite valor
a una historia a mi parecer. Más allá de ser llamativo el hecho que en un mismo
drama se reúnan una serie de tabúes o al menos temas controversiales, como lo
son relación amorosa profesora-alumno; relaciones sexuales en jóvenes; relación
amorosa chica-chica; siento que es más
bien una debilidad el hecho que el desarrollo de los personajes estuviera tan
orientado y condicionado por esa manifestación de su humanidad.
En cuanto a lo profundamente
melodramático de la existencia de los protagonistas, creo que se explica porque
es el tono que le quiso dar el autor del manga a la historia desde el
principio: Hanabi y Mugi son dos jóvenes en plena juventud, experimentando por
primera vez sentimientos tan poderosos como el amor (o enamoramiento), la
atracción física, y los sentimientos que asociados a ese sentimiento tan
avasallador se manifiesta en ellos: la necesidad de posesión del ser amado,
pero al mismo tiempo, la rabia y frustración ante la indiferencia de sus
objetos amorosos, el dolor de sentirse ignorados primero, rechazados
eventualmente. Creo que esa existencia melodramática de la que hablaba al
principio se explica por esa pasión, arrojo e impulsividad con que nuestros
jóvenes protagonistas enfrentan esta etapa de sus vidas. Nosotros, como
espectadores, sabemos que sólo son sus hormonas, que sólo es un enamoramiento
pasajero, pero para ellos es el todo, la razón de su existencia y el impulso de
su actuar. Si el drama no tomara demasiado en serio esta actitud, habría sido
incluso tierno ver la seriedad y sentido de la tragedia con que los
protagonistas lidian con su conflicto amoroso, pero ese melodramatismo llevado
al extrema se vuelve absurdo en cierto punto, hasta ser evidente lo inverosímil
de ciertos diálogos, comportamiento y personajes.
En Kuzu no honkai no hay héroes blancos
e inmaculados, ni villanos: cada uno de los personajes principales tiene sus
propios demonios, y se enfrenta a ellos de distinta forma. Pero hay algo sí que
los une a todos: el sentirse incomprendidos por sus semejantes, solitarios en
un mundo vano y superficial, necesitados de afecto para evitar la desolación.
Les suena a algo esto? Lo emo, cómo olvidarlo. Y aquí inserto algunas frases que me
parecieron notables:
¿Por qué el amor no correspondido te hace sentir tan
vacía por dentro?
Si de verdad quieres cambiar a alguien, primero
debes cambiarte a ti mismo, no? Si la persona que amo estuviera conmigo, estoy
seguro que podría cambiar. Y si las personas pueden cambiar es siempre por esa
persona destinada que no puede ser sustituida.
Dicen que tu primer amor nunca se hace
realidad.
Lo bueno? Kuzu no honkai es un drama que
resulta satisfactorio, pese a como dije antes, ese afán de atribuirle gravedad
excesiva a la existencia de los protagonistas. Es interesante ver algo muy
distinto a lo que estamos habituados en los dramas adolescentes, los dos personajes
principales son muy interesantes aunque algo básicos, y los giros argumentales
hacen que la atención se mantenga todo el tiempo.
Lo malo? La gravedad excesiva en el
desarrollo de la historia, lo inverosímil de algunos personajes, lo básicos que
resultan otros tantos (el profesor, sin ir más lejos).
Lo recomiendo a quien busque algo
liviano, pues son sólo 12 capítulos de unos 20 minutos cada uno. Sé que el
animé se emitió al mismo tiempo que el dorama, alguien lo vio? Cuéntennos a ver
si logramos establecer alguna comparación. Cariños!!
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