Luego
de algún tiempo, hoy regresamos a la literatura para la entrada de hoy, aunque
no será propiamente una reseña, sino más bien una recomendación muy personal y
breve, creo. Bueno, mi enero fue bastante fructífero en cuanto a las lecturas
que escogí, y “Ensayo sobre la Ceguera”,
de José Saramago llegó a mis manos de improviso para causarme una impresión tan
grande como no me provocaba ningún libro hace tiempo. Puede sonar como un lugar
común el decir que un libro te ha “impactado”, pero en esta ocasión, de verdad
que eso me pasó: es un libro tan profundo, desgarrador, intenso, que no puede
sino dejar huella no sólo en nuestra memoria, sino más aún en nuestra
consciencia y espíritu.
Bueno, como dije que seré breve, vamos a
la reseña: “Una ceguera blanca se expande
de manera fulminante por un país. Internados, en cuarentena, o perdidos en la
ciudad, los ciegos deben enfrentarse a lo más primitivo de la especie humana:
la voluntad de sobrevivir a cualquier precio”. Eso es lo que señala la
contratapa del libro, y no puedo adelantarles mucho más.
Al pensar sobre lo leído, creo que el libro es una obra única en su tipo, a medio camino entre la novela y el ensayo: novela por los elementos ficticios que posee, porque responde a los patrones típicos de este género literario, pero tiene mucho de ensayo también: porque Saramago nos presente y relata la historia de esta calamidad que ha sobrevenido sobre un país del cual ignoramos su nombre, de forma tan “objetiva”, estudiando tan detalladamente el comportamiento de los distintos individuos afectados por este mal, y aún más, adentrándose en profundidades tan desconocidas de la mente humana, que no podemos sino ver este desarrollo libre y personal acerca de la ceguera como un ensayo.
Al pensar sobre lo leído, creo que el libro es una obra única en su tipo, a medio camino entre la novela y el ensayo: novela por los elementos ficticios que posee, porque responde a los patrones típicos de este género literario, pero tiene mucho de ensayo también: porque Saramago nos presente y relata la historia de esta calamidad que ha sobrevenido sobre un país del cual ignoramos su nombre, de forma tan “objetiva”, estudiando tan detalladamente el comportamiento de los distintos individuos afectados por este mal, y aún más, adentrándose en profundidades tan desconocidas de la mente humana, que no podemos sino ver este desarrollo libre y personal acerca de la ceguera como un ensayo.
José Saramago |
Algo que refuerza aún más esta idea de
que el libro es, efectivamente, un ensayo sobre las profundas transformaciones
del ser humano frente a situaciones adversas, es el hecho que durante sus 366
páginas no sepamos el nombre de uno sólo de los personajes: sabemos que es el
primer ciego, el médico oculista, la esposa del médico, la chica de las gafas
oscuras, el niño estrábico, el ladrón de coches, y el viejo de las cataratas. Así nos presenta
Saramago a los que podríamos llamar personajes principales, sin conocer
absolutamente nada de sus vidas previo a que sobreviniera esta ceguera blanca,
pero entrgándonos una descripción brutal de la consciencia de cada uno de ellos.
Y a medida que vemos cómo estos personajes principales tratan de sobrevivir, de
no olvidar cómo ser humanos, o al menos de ser lo menos bestias que sea
posible, somos testigos también de las más oscuras y violentas transformaciones
que sufren los demás, que van desde el relajo en normas de higiene, hasta la
destrucción y desconocimiento absoluto de los principios morales y éticos que
guían el orden social de la humanidad. La violencia, el egoísmo, la ambición
por el poder, la tiranía, son sólo algunas de las formas que adopta la miseria
humana al descubierto, que es atacada aún así por las ansias por vivir, y la
voluntad de mantener siquiera un ápice de dignidad. Lo interesante de esto es
que esta lucha se da no sólo entre bandos, sino a veces en un mismo individuo.
Quisiera compartirles algunos extractos
del libro, los más notables para mí:
“Los buenos y los malos resultados de nuestros dichos y obras se van distribuyendo, se supone que de forma bastante equilibrada y uniforme, por todos los días del futuro, incluyendo aquellos, infinitos, en los que ya no estaremos aquí para poder comprobarlo, para congratularnos, o para pedir perdón. Hay quien dice que eso es la inmortalidad de la que tanto se habla”.
“Estamos en el caos, el caos auténtico tiene que ser esto. Habrá un Gobierno, dijo el primer ciego. No lo creo, pero en caso de que lo haya, será un gobierno de ciegos gobernando a ciegos, es decir, la nada pretendiendo organizar la nada. Entonces, no hay futuro, dijo el viejo de la venda negra. No sé si habrá futuro, de lo que ahora se trata es de cómo vamos a vivir este presente. Sin futuro, el presente no sirve para nada, es como si no existiese. Puede que la humanidad acabe consiguiendo vivir sin ojos, pero entonces dejará de ser la humanidad”.
“El único milagro a nuestro alcance es seguir viviendo, dijo la mujer, amparar la fragilidad de la vida un día tras otro, como si fuese ella la ciega, la que no sabe adónde ir, y quizá sea así, quizá realmente la vida no lo sepa, se entregó a nuestras manos tras habernos hecho inteligentes, y a esto la hemos traído”.
Estos extractos dan una pincelada al
menos de lo que sacamos en limpio del libro: el hombre vuelto a su estado más primitivo, a aquel donde lo único que importa es
sobrevivir, aquel donde no somos muy distintos de los demás animales, con la
diferencia que en cuanto humanos, tenemos la capacidad de causar mal
deliberadamente a nuestros semejantes. Pero aún en el panorama más oscuro,
siempre hay resabios de humanidad, de dignidad y de memoria emotiva, que entregan
esperanza. “No se pierda, no se deje perder”, le dijo la esposa del médico a
uno de los miles de ciegos con quienes se encontró en la ciudad cegada. Resultó
ser un escritor, y pese a su ceguera, aun escribía. Y esa es la esperanza que
transmite esta obra.
En fin, no quiero dar más detalles de la
historia, porque la idea es que lo descubran ustedes mismos!. Pero afirmo con
seguridad que es un libro que llama a reflexionar, a cuestionarse y analizar la
forma en que estamos viviendo. Porque estoy segura que con este ensayo, Saramago
quiso hacer una analogía de la decadencia de la especie humana, tan absorta en
su grandilocuencia que se vuelve ciega a podredumbre de su propio cuerpo. Si puedes mirar, ve. Si puedes ver, repara.
Por favor, léanlo!. La edición que yo me
conseguí (gracias al gentil préstamo de mi jefe :D) es de Alfaguara, editado
como parte de la colección Viva Leer de Copec. Tiene 366 páginas que se me
fueron en un suspiro. Sé que hay una película basada en el libro, La Ceguera
creo, pero no la he visto así que no puedo dar una opinión sobre ella. Sólo les
recomiendo, como siempre, leer antes el libro!. Es mucho más un viaje por la
consciencia e inconsciencia humana que un relato cronológico de hechos, ello
puede hacer una gran diferencia entre el libro y la película. Bien, eso sería
todo por hoy, que tengan una buena semana!.
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